Baix Ter
El Baix Ter
El río Ter desemboca en el mar Mediterráneo, en la Gola del Ter, al sur de l’Estartit, donde culmina un recorrido de 208 km. Muy cerca se encuentran las marismas del Ter Vell, la Pletera y las Basses d’en Coll, un conjunto de humedales litorales. Éste tramo final del río configura un precioso mosaico de colores creado a partir de canales y riegos que delimitan los campos de cereales, los árboles fruteros y los arrozales, ideales para gozar de una salida a pie, en bicicleta o a caballo.
Un ecoparaíso en la desembocadura del río Ter
El río, las lagunas la plana agrícola
El río Ter es vida
El tramo final del río Ter funciona como un típico estuario mediterráneo. La mezcla de agua dulce con el mar crea condiciones de salinidad y nutrientes variables. Allí vive la babosa de río —un pequeño pez protegido— y en las acequias, les náyades o mejillones de río. Es, también, una zona de pesca de la angula. En la orilla hay árboles como los fresnos, los olmos, los sauces y los álamos. Donde sube la salinidad, hay tamarindos y carrizos.
Marismas, reservorios de biodiversidad
Las marismas de agua dulce se crearon a partir de la interacción de los ríos Ter y Daró y de la acción de las corrientes marinas. El carrizo y la balca son refugio de muchas especies. Pájaros como el pato de collar, zampullín y la garza real, las garcillas, el aguijón o el aguilucho; i también de tortugas, anfibios, peces (como el fartet, muy amenazado) y de algún mamífero (como la nutria).
Los arrozales y la plana agrícola
Los conreos son el rasgo más característico de la plana fluvial de el Baix Ter, con un mosaico de regadío y de secano y numerosas masías, algunas con torres de defensa (del siglo XV, para contrarrestar los piratas) y muchos declarados BCIN. El arroz tiene una larga tradición en Pals y Torroella de Montgrí, y los arrozales son la despensa de muchos pájaros como los zancudos, los garzas o diferentes limícolas.